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Mostrando entradas de octubre, 2018

Querido Miedo, Impotencia, Rabia y por qué no Dolor: Les escribo desde la loma más alta de la CTM

Son las ocho de la noche de un sábado frio empecé a escribir mis pensamientos y las sensaciones que me invaden, probablemente sea complejo intentar explicar estoy escribiendo en forma de un desahogo a la vez de pedir disculpa por todas esas personas que ofendí y dañe esta semana con mi ira Querido Miedo , Impotencia, Rabia y por qué no Dolor: Les escribo desde la loma más alta de la CTM Hasta ahora me tenían viviendo en un engaño, me decían que me cuidaban, me decían que no era bueno mostrar mis emociones que era por mi propio bien, me decían que llorar era peligroso era señal de debilidad Desde unas semanas no puedo controlar mi cuerpo algo extraño pasa, no sé lo que es, M e hacen sentir torpe con ese dolor de cabeza y náuseas, ya no lo puedo disimular e intento que nadie lo note, tengo que fingir que es solo mi rabia He hecho lo imposible y todo lo que estaba en mis manos por continuar bien, y que nada está pasando que solo son achaques de mis enfermedades, igual voy

Han pasado 43 años desde que te arrebataron de mi lado papá

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Han pasado 43 años desde que te arrebataron de mi lado, y confieso que esos años se me hacen días, porque aun no entiendo que no te tenga más en mi vida. Tú partida brusca y cruel fue la etapa más dolorosa de mi existencia, porque sin duda fuiste el mejor padre. Te separaron de mi lado y sin previo aviso. No estabas enfermo, simplemente te asesinaron los cobardes militares… sí, tus camaradas. Cuando yo estaba terminando mi niñez, cuando mi vida empezaba a ser aún más feliz. Tu partida no me dio tiempo a poder despedirme de ti, tenía tantas cosas por decirte. Hiciste de mi infancia las etapas más hermosas de mi vida. Etapas inolvidables llenas de viajes y fantasías me construiste casas de muñecas donde yo podía entrar sin problemas hasta con muebles a mi estatura, (aún recuerdo la cara de mamá al ver que desocupaste la bodega) recorrimos bosques llenos de luciérnagas. Me enseñaste karate, también a disparar un arma. Tomamos té en mis tazas de juguete en tu oficina sin importante el