LA HISTORIA DE LA FLAQUITA Y EL NEGRO
El 8 de enero de 1994,a los 61 años Cornelia Fontana Marinetti dejó de existir. Al cumplirse un año, su marido, Horacio Logozzo, decidió conmemorar el primer aniversario de su muerte con una placa recordatoria que dice: “Rechazabas limitaciones y Dios te mandó buscar no habrá santos dormilones y el cielo mejorará. Siempre en todo fuiste más, madre, esposa, amante yo no te olvidaré jamás estás dentro de mi sangre”. Habían pasado dos años de la partida de Cornelia, su flaquita sin embargo en estas nuevas letras Horacio le confiesa: “No puedo acostumbrarme. Me sostienen tus raíces”. Así fue como esculpirle su nostalgia se volvió hábito de una vez al año. Cada 8 de enero Horacio ponía una nueva placa contándole a su “flaquita” las cosas que le habían pasado, pero sobre todo cuánto la extraña. A pesar de los años la sepultura de la familia Fontana Marinetti se trasformo en un lugar romántico del Cementerio General y su amor en toda una leyenda. Cuenta la leyenda que el en noviembre de 200