Farmacéuticas y cannabicultores
El Ministerio de Salud y la Cámara de Diputados patrocinarán un seminario sobre cannabis en Chile, pero me asaltan algunas dudas sobre la convocatoria y apoyo que darán: ¿dónde está el apoyo de nuestros gobernantes y parlamentarios al cannabicultor y a quienes le dan un uso recreativo al cannabis?
Ellos también pagan impuestos y son un aporte a nuestra sociedad y me preguntó: ¿no tienen el mismo derecho acaso? ¿O tendrán que declararse enfermos para acceder a los mismos beneficios que Fundación Daya? ¿Tendrán esos cannabicultores algún día la posibilidad de ser escuchados y cultivar tranquilos? ¿Cuándo tendrán que dejar de esconderse porque no están entre los privilegiados que pueden plantar y cosechar masivamente y con permiso, como Daya?
Su actuación me hace pensar que desde hace mucho tiempo estaba en los planes de Daya aliarse con un laboratorio que, después de cumplir el año de entrega gratuita de cannabis a los enfermos, empezará a vender.
Ojalá que algún día el consumidor recreacional sea considerado y cuente con las mismas oportunidades que dicha fundación y no solo sea llamado para aparecer y apoyar manifestaciones y marchas que terminan ampliando los privilegios de un puñado que, aunque dice que su primer objetivo es favorecer el autocultivo, está concentrado en seguir ampliando los privilegios que le da el codearse con el poder.
En el SAG, hay mas de 40 solicitudes ingresadas en un año, de las cuales fueron rechazada 35 y tres se encuentra aún en tramitación. El ciudadano común no puede ir al Congreso o hablar en privado con un Ministro y exponer sus proyectos, no es escuchado, carece de respaldo político y mediático y se encuentra ante puertas cerradas que le impiden acceder a los permisos para autocultivar, ya sea para uso recreativo o medicinal por ser una persona común que carece de redes que lo apoyen.
Daya dice que sigue estando entre sus principales objetivos impulsar el autocultivo, pero todos sus pasos están dirigidos a fortalecer su organización que se alió con un laboratorio que tendrá el privilegio de inscribir los remedios que elabore para después venderlos, aunque sea más barato que farmacéuticas extranjeras, en su cadena de farmacias y que le significarán utilidades tanto a él como a sus socios.
En mi opinión, veo y compruebo que nunca fuimos escuchados, que sólo nos utilizaron. Su actuación me hace pensar que desde hace mucho tiempo estaba en los planes de Daya aliarse con un laboratorio que, después de cumplir el año de entrega gratuita de cannabis a los enfermos, empezará a vender. La venta siempre implica diversos márgenes de utilidad, lo que al final es vulgar lucro a costa de los necesitados o de quienes no pueden cultivar libremente, en forma individual o en grupos.
El tiempo me dará la razón y una vez más demostraré cómo el lobby y los favores políticos son para la élite y no para el pueblo. Ni se le ocurra pedir permiso al SAG sin contar con el apoyo de poderosos, de autoridades y políticos. No se los darán, los privilegios siguen siendo para un grupo reducido que dejó por el camino su discurso contra las farmacéuticas que jamás actúan sin asegurarse de que obtendrán utilidades aceptables para seguir con el negocio.
El consumidor recreacional, espiritual y medicinal que preferiría tener su cultivo privado para satisfacer sus necesidades, está muy lejos de lograr sus propósitos, los poderosos de siempre nos tienen condenados a ser un paria. Ya basta, tenemos que pararnos y pelear por nuestros derechos, sin que los aprovechadores de siempre vuelvan a usarnos.
http://www.elquintopoder.cl/politica/farmaceuticas-y-cannabicultores/
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