Papa Francisco, A Días De Que Llegue A Chile, Me Gustaría Contarle Otra Realidad De Mi País

Estimado Papa Francisco: A días de que llegue a Chile, me gustaría que supiera tantas realidades que existen en mi país.
Para empezar, contarle que mis hermanos mapuches están siendo reprimidos y exterminados con una violencia atroz por las policías. Los encarcelan por meses sin un juicio justo. También, sin contar que sean hombres mujeres, ancianos o niños, que están bajo las órdenes de este Estado indolente.
Hay adultos mayores que viven bajo la miseria, pasan hambre y frío. Enfermos tienen que trabajar hasta qué mueran ya que sus ahorros de toda una vida de trabajo, son robados por los poderosos de este país y, ellos les dan miserias de pensiones.
Papa Francisco: Le cuento que mis hermanos inmigrantes viven en forma inhumana, son muchas veces tratados como esclavos, viven hasta en establos. El racismo y el odio hacia ellos es de una barbarie que no a usted no le gustaría ver.
El descontento social es tremendo: Vivimos en una dictadura disfrazada de democracia, que todo es “a la medida de lo posible”, donde la desigualdad es aberrante.
Los niños son vulnerados en sus derechos humanos y también varios han sido asesinos en los hogares de menores. Mientras este estado indolente hace oídos sordos al dolor.
Donde los poderosos y dueños de este país son los que nos gobiernan y las leyes están hechas para beneficio de ellos.
Que mejor ejemplo para explicarlo, puede parecer inverosímil, pero acá en Chile, a un hombre que roba una gallina, o vende un CD pirata (Copia ilegal) lo pueden condenar con 5 años de presidio, pero a otro, que robó un banco entero, terminó siendo presidente de la República, no solo una vez el 2010-2014, sino que ahora volverá a gobernar hasta el 2022.
Esa es la desigualdad de mi país. Hay una “justicia” (remarco las comillas) para ricos, y otra justicia para pobres.
Chile, esa larga y angosta faja de tierra, donde las marchas son el pan de cada día. Los ciudadanos reclaman a nuestros gobernantes, ese descontento social, en vez de escuchar el grito desesperado del pueblo, recibe como respuesta, una represión salvaje de las policías… así, tal cual como en los peores años de la dictadura. Sin embargo, nos quieren decir lo contrario, nos tratan como idiotas, nos hacen creer que eso nunca pasa.
En Chile, aún seguimos buscando a nuestros detenidos desaparecidos. Mientras sus asesinos gozan de beneficios que muchos ya se quisieran tener. Genocidas que caminan libres por las calles y otros, presos en cárceles especiales que parecen hoteles 5 estrellas. Pero vaya uno a decirle a la presidenta, que prometió cerrarlo y nunca más se supo de eso. Como se dice acá en Chile al desentendido; se hacen los “lesos”.
Vivimos en un Chile lleno de impunidad, tal como el caso anterior, lo que le corresponde a usted asumir como jefe de la iglesia. Si hasta tres valientes víctimas de abusos sexuales se han encargado de contactarse con usted, para contarles cómo Fernando Karadima y sus cómplices los violentaban sexualmente, los acallaban… pero qué va, tal parece que a usted nunca le llegó el mensaje.
Para qué contarle sobre nuestra juventud, que día a día lucha por una educación gratuita, pública y de calidad. La esperanza está en nuestros jóvenes, porque serán ellos quienes puedan hacer justicia ante tanto desdén, ante tanto desprecio de nuestras propias autoridades.
Somos un rebaño, somos las ovejitas de las cuales debemos obedecer. Hacemos el trabajo más duro, y el fruto de ese esfuerzo lo gozan otros. ¡Que paradoja!
Papa Francisco, éste es el Chile real, donde la gente pobre se muere esperando una atención medica, digna y humana.
Este es el Chile que quieren esconder bajo la alfombra.
Bienvenido Papa Francisco, al Chile de la realidad, que no le cuenten cuentos, a no ser que usted quiera o pretenda creerles lo contrario.

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