La Memoria De La Matanza De Paine
Es un memorial construido en homenaje a los setenta ejecutados políticos y a los detenidos desaparecidos de la localidad de Paine, una comuna al sur de Santiago de Chile, durante la dictadura militar encabezada por Augusto José Ramon Pinochet.
La mayoría de la víctimas en esta zona eran trabajadores y campesinos, que fueron perseguidos y ultimados por carabineros y miembros del ejército en colaboración con civiles. Paine es la comuna de Chile con mayor número de víctimas en proporción a la cantidad de habitantes.
El 15 de septiembre de 1973, los carabineros y civiles que les colaboraban a bordo de varios vehículos particulares detuvieron a doce campesinos y los condujeron a la comisaria de Paine. Allí los raparon con navaja, los hicieron desnudarse y amarrados los mantuvieron boca abajo en el suelo, siendo pisoteados por carabineros y civiles (Claudio Oregón, Antonio Carrasco y Darío González).
Luego les aplicaron corriente eléctrica y los metieron en unos tambores con aguas servidas. Los soltaron al anochecer vistiendo sólo sus calzoncillos.
A los dos días después varios campesinos el asentamiento “Paula Jaraquemada” fueron notificados que debían presentarse a la sub comisaria de Paine Hasta allí llegaron los obreros agrícolas Alejandro Bustos González, Carlos Chávez Reyes, Raúl del Carmen Lazo Quinteros,Orlando Pereira Cancino y Pedro Luis Ramírez Torres. Les esperaban los sargentos Manuel Reyes Alvarez, Jorge Verdugo, Víctor Sagredo y José Retamales, junto a los carabineros Juan Valenzuela, José González, Jorge Leiva y Pío Moya. También estaban los civiles Claudio Oregón, Darío González, Jorge Aguirre y Francisco Luzoro.
Tras ingresar a la comisaria los cinco campesinos, fueron sometidos a brutales golpizas y tortura con electricidad. En la noche, tirados en el suelo, seminconscientes en el calabozo se escuchaba la música y risas que provenían de un asado que compartían unos quince civiles y una veintena de carabineros.
Ya pasada la media noche los sacaron del calabozo. A la entrada de la comisaria los esperaba una caravana de camionetas -una amarilla, de Claudio Oregón; una roja, de Francisco Luzoro; una verde, de Jorge Sepúlveda; y otra blanca-. Subieron a los detenidos y los vehículos partieron conducidos por sus dueños con rumbo desconocido. Tras una hora de viaje el convoy se detuvo e hicieron bajar a los cinco campesinos. Estaban junto a un cerro y al lado del camino de tierra; muy abajo, corría un río ancho y torrentoso.
Les ordenaron que se pusieran de espaldas al abismo, con los brazos en alto, alumbrados por los focos de las camionetas, contra cuyas luces se perfilaban las sombras de los carabineros y los civiles.
Los destellos de luces y el ruido de las ráfagas que estremecieron los cuerpos de los ejecutados. Alejandro Bustos sintió que un balazo le destrozó el brazo izquierdo y cayó de espaldas. Sobre él se precipitó uno de sus compañeros, cuya sangre corrió por el cuerpo de Francisco Luzoro, Antonio Carrasco y el sargento Reyes se acercaron a verificar la muerte de sus víctimas. Bustos se hizo el muerto. Dos de sus verdugos lo tomaron de pies y brazos y lo arrojaron al río. Cayó al borde del cauce, sobre unas zarzamoras. Pudo ver cómo a los otros campesinos les cortaban el cuello antes de lanzarlos al agua. A uno de ellos le sacaron los ojos y le cercenaron la lengua.
QUEBRADA LOS QUILLAYES
la Quebrada de Los Quillayes, en las cercanías del Lago de Rapel, Comuna de Melipilla, tras la detención y posterior desaparición de 42 hombres de la comuna rural, tan distante de este lugar, un día de 16 de octubre de 1973.
Cuando ese fatídico 2 de octubre de 1973 el capitán Luis Cortés Villa ordenó a Juan Quintanilla que preparara el camión y lo llevara al Cerro Chena, para ponerse a disposición del subteniente Andrés Magaña, la suerte de los 15 campesinos ya estaba echada.
En la Escuela de Infantería, en San Bernardo, habían resuelto asesinarlos la madrugada siguiente en la Cuesta Chada. Fue el exterminio masivo que antepuso a los 22 ejecutados de la quebrada de Los Quillayes, en Rapel, dos semanas después. El capitán Cortés advirtió a Quintanilla que no podía fallar, porque ahora la mano estaba dura.
En Cerro Chena, cerca de la Escuela de Infantería, operó el cuartel Dos de dicha unidad militar. Después del golpe militar, este cuartel se convirtió en un campo clandestino de prisioneros que poco tenía que envidiarle a los de la DINA. Se le conoció como el campo de Cerro Chena, hasta hoy poco percibido públicamente como área de represión.
Según la información que hasta ahora ha sido recopilada en la investigación judicial del proceso Paine, fue del cuartel Cerro Chena del que salieron los oficiales, suboficiales y conscriptos que torturaron y despedazaron a tiros a decenas de campesinos de Paine y sus alrededores.
Fueron al menos dos compañías de fusileros, cada una al mando de un oficial con grado de capitán. Una de ellas, a cargo del capitán Jorge Romero Campos, Setenta fueron las víctimas de ese lugar campestre; los cuerpos de 29 de ellas fueron recuperados, pero hay otros 41 que continúan desaparecidos. Las víctimas del día 03 de octubre son:
- José Cabezas Bueno,
- Manuel Ortiz Ortiz,
- Alirio del Carmen Valdivia Valdivia
- Víctor Zamorano González,
- Francisco Calderón Nilo
- Alfredo Vidal Arenas,
- Bernabé López López,
- Emilio González Espinoza,
- Juan González Pérez,
- Aurelio Hidalgo Mella,
- Domingo Galaz Salas y los hermanos Héctor y Pedro Pinto Caroca.
- Alejandro Bustos González,
- Carlos Chávez Reyes,
- Raúl del Carmen Lazo Quinteros,
- Orlando Pereira Cancino
- Pedro Luis Ramírez Torres
- Carlos Enrique Gaete López
- Rosalindo Delfín Herrera Muñoz
- Carlos Enrique Lazo Quinteros
- Silvestre René Muñoz Peñaloza
- Andrés Pereira Salsberg
- Luis Ramón Silva Carreño
- José Ignacio Castro Maldonado
- Luis Alberto Gaete Balmaceda
- Mario Enrique Muñoz Peñaloza
- Ramón Alfredo Capetillo Mora
- José Manuel Díaz Inostroza
- Francisco Javier Lizama Irarrázaval
- Jorge Manuel Pavez Henríquez,
- Juan Manuel Ortiz Acevedo
- Luis Celerino Ortiz Acevedo
- Pedro Juan Meneses Brito,
- Luis Osvaldo González Mondaca,
- Santos Pascual Calderón Saldaña
- Benjamín Adolfo Camus Silva,
- Rolando Anastasio Donaire Rodríguez
- Bautista Segundo Oyarzo Torres.
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