¿Cómo es el proyecto de Eutanasia o ley de muerte digna y cuidados paliativos en Chile?
¿Cómo es el proyecto de Eutanasia o ley de muerte digna y cuidados paliativos en Chile?
La eutanasia en Chile aún no es legal, ya que dicho procedimiento crea un debate entre la muerte asistida y contradicciones tanto legales como religiosas en nuestro país. Pero, ¿realmente qué es la eutanasia? La palabra deriva del griego: eu (bueno) y thanatos (muerte), que significa «buena muerte». Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la acción médica de provocar la muerte de un paciente.
En un sentido más contemporáneo y restringido, la eutanasia es aquel procedimiento voluntario, intencionado, estudiado y consciente que realiza un médico para acelerar la muerte de un paciente terminal de algún padecimiento incurable; a solicitud consciente, estudiada y deliberada del enfermo o familiares, quienes, plenamente enterados de que no existe tratamiento curativo para la dolencia; le solicitan al médico que la realice sobre el paciente para así dar fin con el dolor y sufrimiento intolerables e intratables.
El próximo martes 20 de abril se realizará la última votación en torno al proyecto de eutanasia en Chile, con miras a despacharlo al Senado.
El proyecto de eutanasia busca la ‘muerte digna’ en tres posibles causales. La primera de estas refiere a aquellas personas que sufran una enfermedad terminal que no tenga solución.
Dos médicos deberán diagnosticar la enfermedad o dolencia, ser mayor de 18 años, estar consciente al momento de tomar la decisión y en pleno uso de sus facultades mentales, lo que debe ser certificado por un especialista. Además, los equipos médicos, según el proyecto, podrán ser objetores de consciencia, mientras que el paciente que deberá designar a una o varias personas de confianza, mayores de edad y clasificadas por orden de preferencia para que comuniquen su voluntad.
La segunda de las causales de la eutanasia no refiere a enfermedad terminal, pero sí considera aquellas que tengan un fuerte sufrimiento asociado, ejemplificando con las enfermedades degenerativas. Finalmente, se toma en cuenta aquellas enfermedades psíquicas difíciles de soportar.
La decisión solo corresponde a la persona que recibiría la eutanasia. «Ni la familia ni el doctor pueden decidirlo por la persona». Siempre la primera voluntad a respetar siempre será la del paciente.
Sin embargo, la persona tiene la oportunidad de retractarse en cualquier momento. Así mismo, los médicos tendrán la posibilidad de negarse en caso de que «vaya contra sus creencias ».
Sin embargo, puede existir una excepción en caso de que la persona haya dejado estipulado con anterioridad su voluntad, como un testamento. Si es que la familia se opone, siempre se debe respetar la voluntad del paciente.
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