CARTA PUBLICA Sr. Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Sres. Diputados;

 CARTA PUBLICA

Sr.Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados,
Sres. Diputados;
Me presento, soy Cecilia Heyder Contador y tengo 54 años.
Sufro de cáncer de mamas, lupus sistémico dérmico, déficit del factor 7 y otras varias patologías más. El 16 de diciembre del 2020 interpuse un recurso de protección contra el Hospital San José y el Ministro de Salud Óscar Enrique Paris. Solicitando una muerte digna, eutanasia, amparándome en mi derecho soberano e individual.
En estos momentos me encuentro hospitalizada desde hace más de dos meses en el Hospital San José de la comuna de Independencia. Uds. comprenderán que no es vida la llevo en la actualidad, ni mucho menos la que podría llevar una vez que me manden de alta con transfusiones de plasma 2 a 3 veces por semana con todos sus efectos físicos y psíquicos y el consecuente desgaste que significaría trasladarme de mi hogar al Hospital para cada transfusión.
Los dolores articulares y los efectos secundarios no se los deseo ni a mi torturador.
Señores Diputados, no quiero hacerme la víctima, ni tampoco quiero inspirarles lastima detallando mis enfermedades, sin embargo, necesito que comprendan lo que significa para mí estar lúcida y totalmente consciente del constante deterioro de mi cuerpo. Desde hace 2 años y sin esperarlo llegó a mi vida y a mi larga lista de enfermedades un “déficit al factor 7” y con él empezaron las hemorragias y transfusiones. Ahí empezó mi calvario de dolores, hemorragias y hemartrosis. A todo eso se suma la constante duda por parte de los médicos de que esta enfermedad supuestamente no existía, sus humillaciones y cuestionamientos.
Hoy en día, mi coagulopatía ha avanzado tanto que requiero de trasfusiones constantes y he llegado a estar incoagulable ya reiteradas veces y cada vez más seguido. Se me explicó que si me golpeo o me corto sufriré de hemorragia y tendré que recurrir al servicio de urgencias…Así es mi día a día, lleno de incertidumbre y sin esperanza de mejoría.
Estoy cansada.
Toda mi vida he luchado, primero contra una dictadura nefasta y sangrienta y después contra un Estado Indolente y cruel. Siempre he luchado activamente por las demandas sociales. Toda mi vida he sido independiente a pesar de mis impedimentos físicos. Pero con ésta enfermedad terminó todo para mí. Sé que no me volverán a ver marchar, ni mucho menos encadenada en una protesta…
Y sé además que incluso asistiendo de 2 a 3 veces por semana a las transfusiones, mi calidad de vida sería muy mala por decir algo suave y que aun sometiéndome a tratamientos invasivos, el desenlace fatal tan solo se retardaría.
Esto ya no es vida.
Es por esto que les suplico humildemente honorables Diputados, dejen de lado por un momento los prejuicios moralistas, se apiaden y aprueben este proyecto de ley humanitaria por un buen morir. Somos muchas las personas deseando poner fin a la agonía de un sufrimiento innecesario.
Señor Presidente de la Comisión, Señores Diputados, Señoras Diputadas: ¡Quiero morir con Dignidad, es lo único que me queda y que la Dictadura no me pudo arrebatar!.
Muchas gracias, por escuchar mi testimonio.

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