Querida Yo:
Si, yo misma. Me decidí a escribirme a mi misma en un momento de desahogo, de impotencia, pero sobre todo de rabia y por qué no decirlo, también de miedo al escribir estas palabras.
Estoy tratando que entiendas como nos estamos apagando de a poco y así ayudar a consolarte en esos momentos de angustia.
¿Cómo te explico, que mi cuerpo -nuestro cuerpo- está cambiando y que ya estamos casi siempre incoagulable?
¿Cómo te explico, que ahora son habituales esos dolores que en ocasiones queman y en otras nos desgarran por dentro? Ya sabemos que los sangrados son habituales en nosotras y que los opioides pasaron a ser parte de nuestra cotidianidad. Las dos sabemos lo frustrante que es ver nuestro constante deterioro y sentir como nos estamos apagando...esa luz nuestra ya no quiere iluminar más...
Hemos llorado juntas de impotencia y rabia, y porqué no decirlo; miedo también al ver como las transfusiones apenas duran 2 a 3 días.
Ambas sabemos qué significan esos "avisos" y no sé cómo podríamos acostumbrarnos a ellos. Mucho menos sé lograr entender cómo chucha llegó esta coagulopatía y estas otras enfermedades a arrebatarnos nuestras vidas, ilusiones y proyectos.
Querida yo, sé que en ocasiones mi genio es variante y llego ser insoportable...No sé como explicar que mi rabia en ocasiones nos sobrepasa. Estamos luchando contra un cuerpo que no responde y como si eso no bastará, estamos en una lucha constante contra un Sistema perverso y cruel donde la indolencia es pan de cada día...Pero eso queridísima yo, ya lo sabes muy bien, porque hemos vivido desde violencia hospitalaria hasta humillaciones por pedir algo tan piadoso como lo es la muerte digna y sobre todo humana: ¡nuestro derecho a la Eutanasia! .
Sé que el miedo a lo desconocido está siempre con nosotras. No sabemos si nos autorizarán esa tan anhelada muerte pasiva, esa tan necesaria muerte digna que tanto suplicamos...
Lo único que te puedo ofrecer querido cuerpo mio, es dignidad y respeto.
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