Diostor
ESCRIBO ESTA CARTA con pena, dolor y rabia. Rabia, porque estas letras no debería haberlas escrito nunca; pena y dolor, de ver a tanta gente que se debe tragar su dignidad, por culpa de algunos pocos que se olvidaron de ser un poquito más humanos con sus pacientes.
Pero, sobre todo más humano.
Cuando bajen de su Olimpo a visitar a quien lleva semanas —o meses— en esa cama de hospital, fueran un poco más sensibles y, al menos, le preguntaran a sus pacientes si quieren ser atendidos por ese tratante, sería más amena esa hospitalización o tal vez le contaran los tratamientos a seguir.
Les recuerdo que ustedes hicieron un juramento Hipócrita —perdón, Hipocrático— y no se ganaron su título en en un bingo o rifa; por lo mismo, el título de DOCTOR les queda grande, por eso son tratantes.
Sean más humanos, pero por sobre todo, aprendan a escuchar a sus pacientes.
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